Un poco de humor motero
Mientras circulaba con mi moto por la carretera, una vaca se me atravesó y al esquivarla perdí el control, fui a parar a una zanja y sufrí varios raspones. Dolorido, me arrastré hasta la orilla de la carretera a pedir ayuda.
Se detuvo un Porsche 911, de donde bajó una rubia con un generoso escote y me preguntó:
- ¿Estás bien? Vamos, sube, te llevo a mi casa. Voy a curar tus heridas.
- ¡No creo que a mi esposa le vaya a gustar esto! - le dije.
- No te preocupes. Soy enfermera y te voy a revisar.
Yo aún estaba un poco agitado y asustado, así que subí al auto pero insistí:
- ¡No creo que a mi esposa le vaya a gustar esto!
Cuando llegamos a su casa, ella me revisó detenidamente y limpió mis heridas. Me ofreció cerveza y luego de tomarnos un par, volví a insistir:
- ¡No creo que a mi esposa le vaya a gustar esto!
La rubia, que estaba muy buena, me dijo:
- No te preocupes, quédate aquí otro rato. Ella no se dará cuenta. ¿Dónde está ella ahora?
Entonces yo le dije:
- *Me imagino que en la zanja, todavía*!!!