La veía de lejos
"Disculpe usted, bella dama, el gran atrevimiento de mi parte, hoy he resuelto hablarle y saludarle, ¿Cómo se encuentra usted?
Días atrás la he visto aquí, muy pensativa y cabizbaja.
A leguas se le nota que es portadora de una inmensa pena, pues he visto su mirada perdida en el horizonte, una mirada vacía, una mirada dormida.
Hoy quiero recordarle que usted es maravillosa, no permita que un hombre que no supo apreciar sus sentimientos le arruine la vida, no todos somos iguales.
Le quiero ofrecer mi mano, para que en ella se apoye, quizás sea poca cosa, quizás no sea lo que usted bella dama espera, pero se la ofrezco con el alma, pues yo también sufro de amores, imagino que esa es su pena.
Otra propuesta le tengo a usted, bella dama, un abrazo, uno fuerte y duradero, tan fuerte que vuelva a unir todas sus partes rotas."